Son innumerables las cascadas de las que puede presumir Islandia, por lo que decidir cuáles ver puede ser una difícil tarea. Esta es la lista de mis cinco, más una, cataratas que no te puedes perder en una ruta circular por un país en el que la naturaleza es la protagonista absoluta.
1. Dettifoss
Dettifoss es una cascada en el río Jökulsá à Fjöllum, el segundo más largo de Islandia (206 kilómetros). Con sus 45 metros de alto, 100 de ancho y un volumen de hasta 400 metros cúbicos de agua por segundo en verano, hay quien la considera la catarata más poderosa de Europa.
Dettifoss discurre por el cañón Jökulsárgljúfur, el mayor y más espectacular de Islandia, según los propios islandeses. Cuenta con unos 25 km de largo, medio kilómetro de ancho y una profundidad que puede alcanzar los 100 metros en muchos lugares.
Hay varias cascadas en Jökulsárgljúfur. Desde Dettifoss, puedes ir andando (alrededor de 1 km) por un camino señalizado a Selfoss, que tiene unos 10 metros de alto, y a Hafragilsfoss (a unos 2 km), de 27 m de altura.
Esta zona, que se declaró área protegida en 1996, se encuentra en el noreste de Islandia, a algo menos de 30 kilómetros al norte de Grimsstadir, al que se accede por la carretera 864 desde la Nacional 1 (la autovía que rodea la isla) y que pronto se convierte en una pista de gravilla.
Unos 120 km separan Dettifoss de Godafoss, para lo que tendrás que volver a la Nacional 1 y seguir rumbo al noroeste de la isla.
La llaman “la cascada de los dioses” porque, según cuentan, en el año 1000 Porgeir Porkelsson, líder del distrito Ljósavatn y orador del Althing (Parlamento) islandés, tiró sus estatuas de los dioses paganos en la cascada tras decidir que los islandeses adoptaran la fe cristiana.
Godafoss tiene una caída de 12 metros en el río Skjálfandafljót, el cuarto río más largo del país (180 km).
3. Gullfoss
La cascada de Gullfoss, que forma parte del recorrido del famoso Círculo Dorado de Islandia, está formada por dos caídas de agua, la superior, de 11 metros, y la inferior, de 20.
La garganta del río Hvitá por la que cae es de 2,5 km de longitud y más de 70 metros de profundidad.
Gullfoss se encuentra a 109 km de Reikiavik, la capital islandesa; una vez que sales de ella por la Nacional 1, dirección al norte, deberás tomar la carretera 36 hacia Thingvellir, continuar, después, por la 365 a Laugarvatn y seguir hacia el norte, por las carreteras 37, primero, y 35, después, ambas dirección a Geysir, de donde la separan otros 10 km más.
4. Skógafoss
Dicen que Skógafoss es una de las más bellas cataratas de Islandia, pero tendrás que juzgarlo por ti mismo. Se encuentra en el río Skógá, que nace de los glaciares Eyjafjallajókull y Mýrdalsjökull.
Skógafoss se encuentra en el suroeste de Islandia, a cerca de 50 km de la ciudad de Hvolsvöllur por la Nacional 1.
5. Seljalandsfoss
Podrás disfrutar de Seljalandsfoss desde todos los ángulos posibles, ya que un camino permite rodearla y pasear por detrás, desde dentro de una pequeña cavidad rocosa.
Dos veces disfrutamos nosotros de esta cascada del río Seljalandsá, que tiene una altura de 65 metros. La primera, en una parada que hizo el autobús que nos llevó de vuelta a Reikiavik, una vez que terminamos nuestro trekking desde Landmannalaugar a Pórsmörk, al sur de la isla. La segunda, cuando realizábamos la vuelta en coche a la isla, ya con más tranquilidad.
Se divisa desde la carretera de circunvalación (Nacional 1), a unos 122 km al sureste de Reikiavik. El desvío, que está señalizado, toma la carretera 249 dirección a Porsmörk, hasta un aparcamiento frente a las cataratas.
+1 Gljúfrafoss
Nos encontramos con esta cascada por casualidad. Paramos en el camping de Hamragardur y allí estaba, asomando el inicio de su caída y escondiendo el resto tras su propio cañón.
Este peñasco, que cierra la cascada y se conoce como Franskanef, se puede escalar para disfrutar desde arriba de la vista de esta caída de 40 metros del río Gljúfurà. En las partes más peligrosas hay una cadena para agarrarse, aunque, como no es para todo el mundo, también puedes probar a vadear el río en el cañón.
Es un monumento natural protegido, al que puedes acceder por un sendero que parte de la cascada Seljalandsfoss hacia el norte.
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