Hablar de Zugarramurdi es hacerlo, inevitablemente, de brujas y aquelarres, de supersticiones y leyendas, pero sobre todo, de sus cue...


Cueva Grande de Zugarramurdi

Hablar de Zugarramurdi es hacerlo, inevitablemente, de brujas y aquelarres, de supersticiones y leyendas, pero sobre todo, de sus cuevas. Las Cuevas de las Brujas se encuentran a menos de 1 kilómetro del centro de esta localidad situada a 75 km al norte de Pamplona, la capital navarra. 

El acceso a las cuevas se halla en la antigua carretera que unía Zugarramurdi con la localidad francesa de Sara. Una vez dentro, dos caminos se abren ante ti. La disyuntiva es descender directamente a la Cueva Grande, cuya boca ves desde lo alto de las escaleras que siguen a la taquilla, o acercarte hasta el mirador desde el que contemplar los verdes prados que te rodean. Esta es la opción que te recomiendan cuando compras tu entrada, tal vez, para prolongar un poco más el misterio... 

Bajada a la Cueva Grande de Zugarramurdi
Zugarramurdi, desde el mirador de las cuevas

Si haces caso de la recomendación, el recorrido te guiará, después del mirador, hasta un puente que cruza el Arroyo Olabidea o Arroyo del infierno (Infernuko erreka en euskera), el culpable de haber ido desgastando a lo largo de los siglos la roca caliza de esta zona, cubierta en un tiempo por el mar, y haber originado así las distintas cuevas que forman este complejo cárstico superficial.

Arroyo Olabidea o Arroyo del infierno

La galería principal de este conjunto es la Cueva Grande o Cueva de las Brujas, con unos 120 metros de longitud y alrededor de 10 metros de altura.

Cueva Grande de Zugarramurdi


A la salida, se hallan unas cuevas pequeñas que también tienen su encanto. Atrévete a colarte en su interior.

Cuevas pequeñas de Zugarramurdi

Por último, una breve subida por escaleras te llevará a las Cuevas del Aquelarre, unas galerías altas que miran a la principal y que se encuentran junto al prado que les da nombre. Se cuenta que este lugar fue testigo de reuniones de los vecinos de Zugarramurdi en las que se comía, bebía y bailaba, y en las que hubo quien vio reuniones de brujas con el diablo, personificado en un macho cabrío negro. Una denuncia dio origen al proceso que llevó a la hoguera a 11 personas acusadas de brujería en el conocido como Auto de Fe de Logroño (1610).

Cuevas del Aquelarre, arriba y a la derecha de la imagen (junto a las luces)

Todos los 18 de agosto, en las cuevas de Zugarramurdi se celebra el zikiro-jatea, una fiesta gastronómica en la que se come cordero asado a la estaca y que conmemora el pasado brujeril de la localidad.

Conocer más
El Museo de las Brujas de Zugarramudi ocupa un antiguo hospital de la localidad, que fue rehabilitado y que se inauguró en 2007. Muestra las formas de vida de sus habitantes en el siglo XVII, sus costumbres, su conocimiento de la naturaleza, que sabían aprovechar para curar algunas enfermedades, frente a mitos, leyendas, envidias y miedos.

Cómo ir
Desde Pamplona, toma la Nacional 121-A en dirección a Francia y, poco antes de Oronoz-Mugairi, accede a la Nacional 121-B que sigue hacia Elizondo. Pasado el puerto de Otsondo, puedes seguir hasta Dantxarinea, en la frontera con Francia y tomar aquí la carretera comarcal NA-4401 a Zugarramurdi, o seguir las indicaciones a las cuevas de Urdax y aprovechar, no solo para acortar la distancia, sino para disfrutar de estas preciosas cuevas prehistóricas.

Información práctica
Puedes consultar los horarios y días de apertura, además de los precios, en la página de Zugarramurdiko Garapena, la sociedad gestora del patrimonio de Zugarramurdi.



Con sus casi 2.000 metros de altura, el Pico de las Nieves es un mirador excepcional de Gran Canaria. La cumbre más alta de la provincia d...


Vistas desde el mirador del Pico de las Nieves

Con sus casi 2.000 metros de altura, el Pico de las Nieves es un mirador excepcional de Gran Canaria. La cumbre más alta de la provincia de Las Palmas se encuentra en el corazón de esta isla canaria, al que se puede llegar por diversas arterias que permiten hacer paradas en algunos de sus hitos.

Ocupado por instalaciones militares, el Pico de las Nieves (1.949 m) es accesible en coche hasta su base, así que la mejor opción es organizar una ruta para conocer el centro de la isla.




Si te alojas, como nosotros lo hicimos, en Las Palmas, puedes comenzar la ruta hacia el sur por la carretera de la costa (GC1) hasta el desvío al municipio de Ingenio (GC120). Conforme vas ascendiendo, encontrarás varios miradores a este conjunto de espacios naturales protegidos bajo diferentes denominaciones (Monumento Natural, Reserva Natural Especial, Paisaje Protegido...). Barrancos, riscos o degolladas (término canario para las depresiones del terreno entre elevaciones) justifican esta protección.

En algunas de estas paradas, descubrirás también múltiples senderos que dirigen, por ejemplo, a aljibes de más de dos siglos de antigüedad que han sido restaurados en los últimos años por el Club de Caza de Medianías de Ingenio, con el apoyo del Ayuntamiento de Gran Canaria y el Gobierno del archipiélago; el proceso reciente de llenado de estos aljibes ha respondido al objetivo de recuperar tradiciones, así como de beneficiar a la fauna y la flora de la zona.

La siguiente parada es el la Caldera de los Marteles, donde se observa el hundimiento de la superficie provocado, según los expertos, por la erupción volcánica de la masa que forman rocas fundidas en el interior de la tierra. Así se creó una depresión de unos 80 metros de profundidad y 550 m de diámetro.


Caldera de los Marteles

De camino al Pico de las Nieves (GC-134), te recomiendo parar de forma que puedas descubrir el motivo por el que se llamó así a la cumbre más alta de la provincia de Las Palmas. El nombre completo es el Pico de los pozos de la nieve, debido a la existencia en los alrededores de neveros, unos pozos que mandó realizar la Iglesia en el siglo XVII para almacenar la nieve caída en invierno y transportarla después a la capital de la isla. Están bien señalizados.


El primero de estos pozos es el Pozo Grande, que data de 1694. Carecía de techo, por lo que se tapaba con arbustos, según el investigador canario Salvador Miranda Calderín, que lo encontró en el año 2000 después de permanecer mucho tiempo enterrado. Al interior del pozo, que estaba cubierto de madera, se accedía gracias a unos peldaños de piedra, primero, y de madera, después.

Pozo Grande

A escasos metros se halla otro pozo restaurado, el Pozo de los Canónigos que, a diferencia del anterior, tenía techo. Fechado en 1699, sus paredes se blanquearon con cal y, en el fondo, se colocó un entarimado de madera sobre el que se apretaba la nieve.


Pozo de los Canónigos

De nuevo en la carretera, llegarás hasta el Mirador del Pico de las Nieves, desde donde podrás ver símbolos de la isla de Gran Canaria, como los Roques Nublo y Bentayga.

Es el momento de volver al coche para acercarse hasta el Roque Nublo. No son más que unos 15 minutos hasta el aparcamiento de la Degollada de la Goleta. Aquí comienzan varios senderos, entre ellos, el que lleva hasta el Roque Nublo (1,1 km), una roca basáltica de entre 70 y 80 metros de altura y con forma de monolito. A su lado, destaca otra roca monolítica, más pequeña, conocida como El Fraile.



Roque Nublo y El Fraile

Después de la caminata, te recomiendo una parada en Tejeda, que presume de ser uno de los pueblos más rurales de Canarias. Razón suficiente para encontrar aquí el Museo Etnográfico, que ofrece un recorrido por la historia de la isla y del municipio.


Tejeda

Casi desde cualquier punto, verás uno más de los símbolos de Gran Canaria: el Roque de Bentayga. Se trata de otra roca volcánica, alrededor de la cual se produjo un importante asentamiento prehispánico.



Tejeda y el Roque de Bentayga

Dos miradores más te esperan antes de terminar la ruta: uno junto al Parador Nacional Cruz de Tejeda y el último, el Mirador Degollada de las Palomas, desde el que contemplar la Caldera de Tejeda.



Vistas desde el Parador de Tejeda

Vistas desde la Degollada de las Palomas: Tejeda, entre los roques Nublo y Bentayga


Teníamos un capricho, conocer Dubai. Y buscábamos viajar lo más económico posible. Así encontramos un vuelo de Madrid a Londres, que conect...


Escala de una hora entre dos vuelos

Teníamos un capricho, conocer Dubai. Y buscábamos viajar lo más económico posible. Así encontramos un vuelo de Madrid a Londres, que conectaba con otro a Dubai... ¡una hora más tarde! Vale, era más de una hora: una hora y 5 minutos exactamente. ¿Lo conseguiríamos?

Escala de una hora entre dos vuelos


Más de una vez había escuchado contar a amigos viajeros que aprovechaban escalas largas entre dos vuelos para conocer otro lugar en el camino al destino. Nunca, que hubieran desafiado a la puntualidad de una compañía aérea, a los laberintos de un aeropuerto y a los atascos de los controles de seguridad para cambiar de vuelo en tiempo récord.


La oferta tenía sus pros y sus contras.

A favor:
     1. Se trataba de la oferta más económica;
     2. la misma compañía aérea, British Airways, operaba los dos vuelos;
     3. no teníamos que cambiar de terminal para tomar el segundo vuelo;
     4. la escala justa era al regresar de Dubai, con lo que, si salía mal, podíamos alargar nuestras vacaciones en Londres.

En contra:
     1. Tanto el aeropuerto internacional de Dubai como el aeropuerto de la escala, Heathrow, 
figuran en los primeros puestos de las estadísticas de aeropuertos con mayor tráfico del mundo, lo que aumenta las posibilidades de impuntualidad;
    2. las cada vez más exigentes medidas de seguridad en los aeropuertos pueden llegar a provocar atascos indeseados.



Escala de una hora entre dos vuelos

Y nos arriesgamos. Pero para aumentar las posibilidades de éxito, pensamos en una estrategia:

     1. Calzado cómodo y abierto.
Por un lado, era bueno si había que echar una carrera y, por otro, reducíamos la probabilidad de que nos obligaran a descalzarnos en el control de seguridad, lo que nos ahorraría más tiempo.

     2. Mínimo equipaje de mano.
Metimos lo imprescindible en una bolsa pequeña, por supuesto, pasaporte, móvil y cartera; volábamos de noche, así que incluí antifaz y tapones para los oídos, para poder descansar.

     3. No utilizaríamos los compartimentos para el equipaje de mano del avión.
Dejar la bolsa debajo del asiento nos daría ventaja a la hora de salir del avión; casi siempre se atascan los pasillos con pasajeros abriendo los compartimentos.



Escala de una hora entre dos vuelos
Tengo que reconocer que fue hasta divertido. De verdad. Parecíamos los participantes de una yincana. Cuando el primer vuelo aterrizó en suelo inglés, con nuestras bolsas ya en la mano, nos preparamos para salir a toda velocidad. La mujer que ocupaba el asiento del pasillo me miró como pensando “qué impaciente”, pero en cuanto le comenté que nuestro siguiente vuelo salía en una hora, se levantó para dejarnos pasar.

Y entonces comenzó la carrera de obstáculos, zigzagueando entre los pasajeros hasta la puerta de salida, donde nos paró un azafato que esperaba que pusieran la escalerilla.

Las pantallas del aeropuerto avisaban ya de nuestra puerta de embarque, así que todo fue seguir las indicaciones de color púrpura, que son las que señalan las conexiones de vuelos y, de repente, nos encontramos con personal del aeropuerto que nos esperaba para darnos una tarjeta de color naranja, una especie de pase VIP. Habían habilitado filas en 
los diferentes controles de seguridad expresamente para la conexión de nuestro vuelo que nos abrían paso hasta la puerta de embarque. ¡Hasta nos sobró tiempo!

Y a ti, ¿te ha pasado algo similar? Espero tus experiencias en los comentarios.



Tallin, la capital de Estonia, es una ciudad medieval cuyo centro histórico se ha mantenido prácticamente intacto desde su nacimiento....



Tallin, la capital de Estonia, es una ciudad medieval cuyo centro histórico se ha mantenido prácticamente intacto desde su nacimiento. Murallas, torres, parques y numerosas leyendas hacen de Tallin uno de los lugares con más encanto del Báltico. Se trata de una ciudad que puedes recorrer tranquilamente caminando. No te puedes perder el casco antiguo ni los barrios de Kadriorg y Kalamaja.

El casco antiguo. La ciudad antigua se divide en dos partes, la ciudad baja, donde vivía el pueblo, y la ciudad alta o Toompea, donde vivían los nobles. En la ciudad baja encontrarás el Ayuntamiento y su plaza (Raekoja Plats), en uno de cuyos lados se sitúa la que está considerada la farmacia más antigua de toda Europa (Raeapteek).

El Ayuntamiento, un edificio gótico del siglo XV, sostiene una veleta con el famoso Viejo Tomás, la figura de un soldado que se ha convertido en el símbolo de Tallin. Si cruzas el callejón Sajakang, llegarás a la Iglesia del Espíritu Santo, que destaca por su torre octogonal y el reloj de una de sus paredes, que data del siglo XVII. Cerca se encuentra el pasaje de Santa Catalina, una callejuela con multitud de talleres del gremio del mismo nombre. Al callejear por el casco antiguo de Tallin, fíjate en las casas medievales. Entre todas ellas, sobresalen las conocidas como Tres Hermanas (calle Pikk, 71). 

Otras de las casas de esta calle fueron sede de diferentes gremios de artesanos, como la Casa de la Hermandad de los Cabezas Negras, donde ahora se organizan conciertos y otro tipo de actos.  Al final de la calle Lai, se alza la Iglesia de San Olaf (siglo XIII) que, según algunos, fue el edificio más alto del mundo durante un tiempo. http://www.local-life.com/tallinn/culture/6-St_Olav's_Church En Toompea, está la catedral de Santa María, principal iglesia luterana de Europa, y la catedral ortodoxa de Alejandro Nevsky, que destaca por las típicas cúpulas de cebolla, además del Parlamento y el Gobierno de Estonia (castillo y casa Toompea, respectivamente). Varios miradores en la ciudad alta permiten contemplar unas buenas vistas de todo Tallin. El paseo por las murallas que rodean la ciudad te descubrirá las dos puertas de entrada, Viru, que une la ciudad antigua y la moderna, y Rannu, que da salida al puerto y junto a la que se halla una torre muy ancha conocida como Gorda Margarita. Puedes visitar una parte de las murallas que conecta las torres Nunna, Sauna y Kuldjala. Barrio de Kadriorg. 

El  Círculo Dorado  es una de las rutas más visitadas de  Islandia . Y lo es porque en ella descubres tres de las maravillas de este pa...

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El Círculo Dorado es una de las rutas más visitadas de Islandia. Y lo es porque en ella descubres tres de las maravillas de este país: Thingvellir (o Pingvellir), el lugar donde se creó el parlamento islandés, Althingi (Alpingi), en el año 930; Gullfoss, la cascada más conocida de Islandia, y el valle de Haukadalur, donde se encuentra el Geysir que da nombre a todos los géiseres del mundo.

Thingvellir, el valle del Parlamento
En el año 930, fue fundado el Althingi, una de las instituciones parlamentarias más antiguas del mundo, aquí, en Thingvellir que, en islandés significa “Valle del Parlamento”.



Los líderes de la nación se reunían unas dos semanas hacia la mitad del mes de junio, aprobaban leyes e impartían justicia en la orilla norte de Þingvallavatn, el lago natural más grande de Islandia; la última de esas reuniones tuvo lugar en 1798.

Se trata, por tanto, de un lugar con un gran significado histórico, pero también digno de visitar por sus características geológicas, ya que este valle se formó a causa de la ruptura entre dos placas tectónicas, la americana y la euroasiática. Pingvellir fue convertido en Parque Nacional en 1928 y nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004

Los habíamos visto. Muchas veces. Y un día, decidimos montar por nuestra cuenta uno de esos viajes por el  mar Báltico  que anunciaban re...


Los habíamos visto. Muchas veces. Y un día, decidimos montar por nuestra cuenta uno de esos viajes por el mar Báltico que anunciaban revistas, escaparates de agencias... Elegimos cinco capitales costeras que conocer, el tiempo que dedicaríamos a cada una y cómo movernos de una a otra; preparamos la documentación necesaria... y logramos un viaje a medida perfecto.

El recorrido
Nos decantamos por Estocolmo para el inicio del recorrido por el mar Báltico. Lo primero, buscar un vuelo barato desde España. Es cuestión de paciencia y tiempo, como he comentado con ocasión de otros viajes (enlace a cómo organizar un viaje por Chile y Argentina). Entonces, encontramos un vuelo barato desde Barcelona a la conocida como la capital del Báltico; salimos desde el aeropuerto de El Prat, con llegada al aeropuerto de Arlanda, más cerca de la ciudad que otros aeropuertos a los que vuelan algunas aerolíneas de bajo coste (que la nuestra fuera la desaparecida Spanair es otra historia...).

La capital catalana está muy bien conectada con el Aeropuerto de El Prat http://www.aeropuertobarcelona-elprat.com/gracias al servicio frecuente de autobuses Aerobus (http://www.aerobusbcn.com/), que salen desde la Plaza Catalunya.

El Aeropuerto de Estocolmo-Arlanda (http://www.swedavia.com/arlanda/) se sitúa a unos 40 kilómetros al norte de Estocolmo, hasta cuya estación central puedes llegar con los autobuses Flygbussarna http://www.flygbussarna.se/es. En su página web puedes ver las demás paradas y elegir la que más te convenga, según donde vayas a alojarte.



La segunda capital costera de nuestra ruta fue Helsinki, un archipiélago de más de 300 islas. Salimos de Estocolmo en barco, de manera que disfrutamos también del propio viaje en sí, al menos durante las horas de luz.
Los cruceros de línea Tallink Silja http://www.tallinksilja.com/en/web/int/espanjol que unen Estocolmo y Helsinki salen a las 16.45 horas desde el puerto Värtan (Värtahamnen, metro a Gärdet) y llegan a las 09.55 h a la terminal Olympia (a poco más de un kilómetro de la plaza del Senado, centro neurálgico de la ciudad).
Elegimos la opción más económica, las cabinas de clase C2 (con literas), y ninguna pega... ¡salvo el helador aire acondicionado!

En un autobús de Eurolines, ahora Lux Express (https://ticket.luxexpress.eu/en/trips-timetable) en Rusia y la región báltica, viajamos de Helsinki a San Petersburgo, nuestra tercera capital al borde del Báltico. La estación de autobuses de Helsinki se encuentra detrás del centro comercial Kamppi; en la ciudad de Pedro I el Grande, esta ruta para en dos números del canal Obvodnovo. Lo peor de viajar de noche en este caso, para aprovechar el tiempo y ahorrar en alojamiento, es tener que descender del autobús, medio dormidos, en la frontera finlandesa, primero, y en la rusa, después.

También con Lux Express nos movimos de San Petersburgo a Tallin. Nuestra intención era salir en el último autobús, pero dudábamos porque nuestra visa expiraría en el trayecto. Acudimos a las oficinas que la empresa tiene cerca de la estación de metro Baltiyskaya (según sales, a la derecha) para consultar in situ si suponía un problema pasar la frontera rusa con la visa caducada y la persona que nos atendió nos recomendó no jugárnosla. No sé muy bien cómo nos hicimos entender, porque no hablaba inglés... Supongo que fue el interés de ambas partes, que ¡más nos valía!
Al adelantar la salida de Rusia, necesitábamos alojamiento en Tallin porque llegábamos de madrugada. Como la parada del autobús estaba en las afueras de la ciudad, reservamos noche en un albergue cercano, en la misma calle de la supuesta estación (Lastekodu); en realidad, el conductor nos hizo bajar en medio de la carretera... supongo que para ahorrarse entrar y salir de Tallin. Menos mal que conseguimos orientarnos con un mapa. Viajero precavido...
Y de Tallin a Riga, última parada en nuestro recorrido por el Báltico, nuevamente en autobús con Lux Express.

Para regresar a casa, volamos desde Riga a Madrid. El Aeropuerto Internacional de Riga http://www.riga-airport.com/ se halla en la Municipalidad de Mārupe, unos 10 km al suroeste de la capital letona. Está comunicado con el centro de la ciudad con transporte público http://www.riga-airport.com/en/main/passengers/useful-information/getting-to-the-airport/public-transportel autobús número 22 sale de la calle Abrenes cada 10 minutos y llega a la terminal detrás del aparcamiento P1. Puedes comprar el billete al propio conductor.

¿Cuándo ir?
El verano es el mejor momento para viajar al norte de Europa, especialmente el mes de junio, cuando los días son más largos. Y, además, no hay que olvidar que suele ser más económico, ya que no hay tanta demanda como en los meses de julio y agosto.
Organizamos el viaje para unas tres semanas, de manera que podíamos dedicar tres o cuatro días a cada una de las ciudades que íbamos a visitar.
Sanidad
La Tarjeta Sanitaria Europea (http://www.seg-social.es/Internet_1/Trabajadores/PrestacionesPension10935/Asistenciasanitaria/DesplazamientosporE11566/TSE2/index.htm) es válida en Suecia, Finlandia, Estonia y Letonia. No obstante, el Ministerio de Asuntos Exteriores español recomienda contratar un seguro médico privado de viaje para Estonia y avisa de que “la prestación de servicios sanitarios no es gratuita” en Letonia.
Puesto que en San Petersburgo, como en toda la Federación Rusa, no es válida la TSE, solventarás estos inconvenientes con un seguro médico de viaje. Yo utilizo el comparador de seguros Rastreator http://www.rastreator.com/seguros-de-viaje.aspx
Documentación
Como miembros de la Unión Europea, los españoles podemos entrar en Suecia, Finlandia, Estonia y Letonia con el DNI o el pasaporte en vigor.
Para viajar a Rusia, se complica un poco más... Además del pasaporte, que debe estar en vigor y “encontrarse en perfectas condiciones” (Ministerio de Asuntos Exteriores dixit), se necesita un visado, que deberás tramitar en las delegaciones consulares de Rusia en Madrid (http://www.rusmad.mid.ru/) o Barcelona (http://barcelona.mid.ru/web/barcelona_esp), o a través de una Central de Visados (http://centraldevisadosrusos.com/ la empresa que desde 2011 subcontrata la Embajada de Rusia en España para esta gestión).

Para los que no vivimos ni en Madrid ni Barcelona, lo mejor es realizar los trámites a través de la central de visados. Cuando nosotros viajamos a San Petersburgo, no existía esta posibilidad y, ante requisitos como presentar una carta de invitación, que, en nuestro caso, exigía ponerse en contacto con el hotel para que nos la facilitara, esperar que contestaran afirmativamente a nuestra petición y que lo hicieran a tiempo, decidimos acudir a una agencia de viajes con la que habíamos tenido buenas experiencias en otras ocasiones. Aun así, tuvimos una sorpresa. Días antes de salir de viaje, nos dijeron del consulado que se había producido algún problema con nuestras direcciones y que no iban a darnos los visados a tiempo, a no ser que pagáramos por una gestión urgente. Nos negamos y... ¡tachán! El visado llegó a tiempo. ¡Qué cosas! Siempre agradeceré el apoyo del comercial de la agencia de viajes, que se ofreció a enviarnos el visado en cuanto llegara, incluso a Helsinki (nuestra parada anterior a entrar en Rusia), para que no renunciáramos a visitar San Petersburgo.